Antje Utgaard (que
no los asuste su impronunciable nombre, digno de una deidad lovecraftiana) es
una belleza de Internet que como muchas se ha vuelto famosa gracias a ese
esplendido y narcisista invento llamado Instagram, y gracias a sus atributos,
obviamente. Nació en un pequeño pueblo de Wisconsin, USA, pero sus ancestros
son todos suecos y noruegos.